Gestión de las emociones y el impacto en el aprendizaje

Fecha

09/09/2021

Horario

19:00 horas

Lugar

Teams

Somos el resultado de la influencia constante del ambiente sobre un sustrato genético, un proceso de cambio incesante que dura desde la concepción hasta la muerte.

Los seres humanos surgieron de un círculo virtuoso que implicó a nuestros genes, nuestro cerebro, la dieta, la cultura, la tecnología y las relaciones sociales, es decir, aspectos biológicos y aspectos ambientales íntimamente conectados entre sí. Nuestro gran cerebro es el resultado de la evolución de los primates.

Después de la extinción de los dinosaurios, los mamíferos ocuparon los nichos ecológicos vacantes y algunos, entre ellos los precursores de los primates, se subieron a los árboles.

Lo que realmente se cree que desempeñó un papel determinante para la aparición del cerebro de nuestra especie fue desarrollar una característica que ha llegado hasta el presente “nuestra vida social”. La construcción de las emociones comienza con nuestra propia historia evolutiva.

Evolución

Durante la infancia, las emociones y el aprendizaje son protagonistas de nuestras vivencias y experiencias. De un momento a otro un niño puede pasar de la alegría de recibir un premio a la tristeza que siente cuando sus padres se tienen que ir a trabajar, de la rabia por tener que compartir algo suyo.

Tradicionalmente la educación ha sido encaminada a controlar, cuando no reprimir esas emociones, subordinándolas al juicio o la razón, sobre todo en el caso de emociones negativas como la ira, el enojo, etc. Cuando el niño las manifiesta, se le invita a explicar sus motivos, a buscarles un origen, a ser sensato.

A medida que crece, le pedimos que reflexione o razone sobre aquello que dice o hace, y las que se transmite, aunque sea de manera implícita, un cierto predominio del pensamiento sobre las emociones.

Emociones y aprendizaje

Ser conscientes de cómo explicamos lo que nos pasa, que hacemos o no hacemos, que estado emocional nos acompaña y que sentido tiene para nosotros lo que estamos viviendo, es lo que nos ayuda a comprender cómo nos relacionamos.

Así podemos abordar una situación que nos bloquea y que nos impide estar con las personas que queremos o necesitamos. Las expresiones del rostro y del cuerpo generadas por las emociones y el aprendizaje reflejan las intenciones de la persona y suponen una ayuda extremadamente importante en las interacciones sociales.

Esta capacidad de leer la mente de los demás a partir de las expresiones corporales y faciales es de tal vital importancia que su mal funcionamiento estará relacionado con la falta de habilidades sociales.

Las emociones y el aprendizaje desempeñan un papel social y comunicativo, no menos importante es su función motivacional. Cuando un comportamiento está vinculado a una emoción positiva, estaremos más predispuestos a repetir la misma acción una y otra vez, mientras que una emoción negativa como el miedo contribuye a que evitemos situaciones peligrosas en el futuro.

 

Expone: Profesor Nicolás Alejandro Torres Gamez.

 

Profesor en Educación Diferencial, Diplomado en Liderazgo, Mg. Gestión Educacional de la USACH, Mg. En Currículum y Evaluación de la USACH, Mg. Calidad y Excelencia Educativa de la Universidad Santiago de Compostela, España y Doctor © en Neurociencias, Educación y Desarrollo de la Universidad Liberquaré, España.

Asesor educativo de la Corporación educacional del Arzobispado de Santiago, actualmente se desempeña como coordinador académico en una institución educativa, además de formar parte de diversos magister en la Universidad Andrés Bello.

 

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