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Las alteraciones del hueso maxilar, producidas por trastornos de la articulación temporomandibular (ATM), pueden ocurrir en cualquier momento, afectando de forma significativa la calidad de vida y autoestima del paciente.
Existen diversos tipos de alteraciones, pero destacan cinco como las más frecuentes:
1. Hipoplasia Maxilar
Ocurre cuando el maxilar superior es más pequeño de lo normal, lo que produce una apariencia de mandíbula sobresaliente cuando en realidad tiene un tamaño normal. Sus causas pueden ser desde problemas genéticos, defectos del desarrollo hasta, incluso, extracciones dentales mal realizadas, traumatismos e infecciones bucales.
El tratamiento más común de esta afección es la Ortodoncia, pero en casos severos se opta por una Cirugía Ortognática, con el fin de acomodar correctamente el maxilar y lograr una mayor armonía en las facciones del rostro.
2. Hipertrofia Maxilar
Esta deformación se produce cuando hay un desarrollo excesivo del maxilar superior, lo que muchas veces provoca la llamada sonrisa gingival, o una mayor exposición de la encía al momento de sonreir. Surge de alteraciones congénitas de los maxilares, que se pueden detectar a temprana edad.
Para corregir esta sobre exposición bucal se puede elegir entre intervenciones con Ortodoncia o Cirugía Maxilofacial, modificando desde el aspecto estético, hasta el mismo hueso del rostro.
3. Micrognatia
Es una condición común en bebés, en la cual, la mandíbula no crece totalmente, quedando de un tamaño insuficiente para funcionar de forma adecuada. Puede detectarse durante el embarazo por medio de las ecografías, y sus causas, se deben a mutaciones genéticas o por herencia de los padres.
En gran parte de los casos, esta deformación maxilar se corrige sola . Pero si no ocurre, se trata con métodos no quirúrgicos (que permiten más comodidad en el día a día) o cirugía maxilofacial como la Osteogénesis por Distracción Mandibular, que alarga artificialmente el hueso de la mandíbula.
4. Prognatismo
Es una alteración en el crecimiento de la mandíbula, la cual, crece más de lo normal; al morder, los dientes inferiores sobresalen mucho más, dando la imagen de un mentón pronunciado.
Se detecta en los primeros años de vida, y dependiendo de su gravedad, hay diferentes tratamientos: para los pacientes infantiles es preferible la Ortodoncia Interceptiva, que consiste en el uso o de una Mentonera o de una Máscara Facial. Sin embargo, si se quiere tratar en etapa adulta, la mejor opción es una Cirugía Ortognática.
5. Laterognatia
Esta condición surge cuando hay una asimetría en el rostro, producto de una desviación mandibular hacia los lados. Puede ser causada por ATM de los cartílagos y huesos, o de los músculos de la articulación, y dependerá de la causa para sus tratamientos.
Los niños que tienen esta asimetría pueden corregirla fácilmente con Ortodoncia, ya que puede ser producto de un incorrecto crecimiento basal. Pero en el caso de los adultos, dependerá de la gravedad de la desviación; si se tiene dolor o no, se puede optar por técnicas no invasivas de relajación o aplicación de calor, hasta tratamientos con Toxina Botulínica (conocida como botox) y Cirugía Ortognática.
Postgrados UNAB
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