Los índices de salud mental luego de la Pandemia no son los mejores, por lo que la educación emocional y la convivencia escolar se han transformado en una oportunidad para que profesionales puedan adquirir herramientas que aporten al bienestar en los establecimientos educacionales.
El Magíster en Educación Emocional y Convivencia Escolar de la UNAB es el único que tiene acreditación por 4 años en Chile. Una de las ventajas comparativas de este postgrado es que está fortaleciendo las capacidades de profesionales de la educación, con el propósito de promover el bienestar en escuelas, liceos, universidades y todo tipo de establecimiento educativo.
“El magíster tiene el objetivo de aportar a una necesidad que tiene el país en estos momentos, sobre todo por los bajos indicadores de salud mental que tenemos”, comenta Jonathan Martínez Líbano, director de este programa, quien también es profesor e investigador.
¿Cuál es el objetivo de este magíster?
Con este programa propiciamos a que los alumnos puedan ampliar sus conocimientos teóricos, metodológicos y prácticos para transformarse en gestores de cambios en los establecimientos donde se desempeñan.
Necesidad de mejorar indicadores de salud mental
En Chile, los colegios estuvieron sin clases presenciales por 77 semanas, muy por sobre el promedio a nivel mundial de 38 semanas. Niñas y niños no pudieron desarrollar sus habilidades socioemocionales, lo cual afectó la convivencia con el retorno al formato presencial.
¿Cómo está la convivencia escolar actualmente en el país?
La convivencia escolar es un síntoma de lo que está viviendo nuestra sociedad. Lamentablemente, los indicadores de salud mental en Chile están cada vez peor. Hace poco tiempo publicamos un estudio que reveló que las y los jóvenes, por sobre el 50 por ciento de la muestra que tomamos, estaban con síntomas depresivos, ansiosos y de estrés. La convivencia entre estudiantes, con profesores, incluso con apoderados, está bien compleja, y es probable que una de las causas sea la salud mental de las personas, que claramente no anda bien.
Un magíster que aporta al cambio
El plan de estudios de este programa tiene dos líneas: una que trata el tema de la educación emocional para la inclusión de niñas, niños y jóvenes en distintos contextos culturales y educacionales; y una segunda línea de bienestar en la comunidad educativa donde no solo nos preocupamos del alumno, sino que también están profesoras y profesores, apoderados, y todas las personas que trabajan en los establecimientos educacionales.
¿Cuál es el perfil de quienes postulan?
Generalmente son profesores, pero también tenemos psicólogos, trabajadores sociales, orientadores y personas que quieren hacer un cambio y dedicarse al ámbito de la convivencia escolar. Es un magíster muy heterogéneo, tenemos de todas las profesiones. La mayoría de quienes postulan trabajan con niños, niñas, jóvenes, por lo tanto, evidentemente tienen que tener ciertas condiciones y conocimientos. Pero en el magíster tratamos de propiciar el bienestar en ellos mismos ya que, si uno no está bien emocionalmente, es difícil poder ayudar a otros.
En términos formales, el magíster dura 5 trimestres, lo que equivale a 2 años. Al final se realiza un proyecto de grado donde las y los estudiantes tienen que poner en práctica todo lo aprendido en un ejercicio de intervención real.
“La mayoría de los profesores del magíster investiga, tienen doctorados, eso le da calidad a este postgrado. Está centrado tanto en las competencias cognitivas como emocionales. Esto es muy importante para que las y los estudiantes se sientan cómodos y a gusto estudiando”, enfatiza Martínez, director del Magíster en Educación Emocional y Convivencia Escolar, programa que está disponible cien por ciento en formato online sincrónico y que pretende aportar a generar cambios importantes para mejorar el ambiente en los establecimientos educacionales en el país.
