Chile es pionero en la incorporación de la Especialización en Trastornos Temporomandibulares y Dolor Orofacial. En la UNAB, este programa fue uno de los primeros en acreditarse por 4 años y está en proceso de renovar esa acreditación.
Este programa tiene relación con los problemas asociados a la función de la mandíbula y al proceso doloroso que pudiese existir en la cara de los pacientes. En Chile, es considerada una especialidad odontológica que es reconocida por el Ministerio de Salud.
“El programa comenzó antes que se creara la especialidad, fue el primer programa en Santiago. Primero fue un magíster que nació en el 2006. Luego, en el 2015, se creó el nuevo decreto universitario que da forma al programa de especialización”, nos comenta Juan Fernando Oyarzo, dentista, especialista en trastornos temporomandibulares, PhD en Psicología, Salud y Calidad de Vida de la Universitat de Girona, España.
Actualmente se desempeña como director de la Especialización en Trastornos Temporomandibulares y Dolor Orofacial de la Universidad Andrés Bello, un programa que se abre cada dos años y que va en su quinta corte.
Buena retroalimentación de las y los estudiantes
¿Cómo ha sido la retroalimentación de las y los estudiantes?
Tenemos reuniones bianuales con las y los profesionales egresados. A partir de sus opiniones, observaciones, hemos podido hacer las modificaciones al perfil de egreso y, en general, podría decir que están bastante contentos con el aprendizaje en el programa. Además, a nivel nacional, fuimos el primer programa en lograr una acreditación por cuatro años en Santiago.
¿Qué destacan los alumnos del programa?
Valoran que sea una malla integradora y esto favorece el estudio de la especialidad, que no es fácil, ya que ve aspectos que, dentro de la odontología, en el pregrado, no se pasan de una manera tan profunda, por lo tanto, hay que cerrar esa brecha primero y luego adquirir las otras competencias.
Programa en constante actualización
La Especialización en Trastornos Temporomandibulares y Dolor Orofacial es un programa que engloba todas las asignaturas necesarias para estar a la vanguardia, es decir, siempre incorporando los requerimientos tecnológicos y otros. “Tenemos convenios internacionales, pasantías, asistencia clínica, tanto privada como pública, tenemos una especialización muy completa”, afirma Juan Fernando Oyarzo.
¿Qué novedades han incorporado?
Por ejemplo, este año comenzamos a usar la realidad virtual para el aprendizaje, las aulas digitales las teníamos desde antes de la pandemia, las evaluaciones de bibliografía también las hacíamos de manera online y ahora tenemos un convenio con una fundación que se dedica a lo que es la evidencia médica.
Especialización con pasantías internacionales
“En Latinoamérica tenemos convenio con la Universidad CES de Medellín, Colombia; y en Europa tenemos convenio con la Newcastle University en Inglaterra. Pero también trabajamos coordinadamente y publicamos con otras casas de estudio internacionales”, afirma Oyarzo.
Además, existen convenios con instituciones nacionales, como por ejemplo “con la Clínica Indisa, donde las y los estudiantes pueden ver la unidad del dolor, pacientes críticos, medicina interna, entre otros temas. También trabajamos con el Hospital Militar y con el Hospital El Carmen”, agrega el director de esta especialización.
Un programa que transforma profesionales
¿Cuál es el valor agregado que entrega la UNAB?
La misión de la universidad es transformar a los alumnos. Sabemos que los odontólogos egresados deben tener este proceso de cambio, de obtener nuevas competencias, de una manera distinta a cómo estamos formados. El programa de la UNAB está hecho para que ellas y ellos puedan vivir esa experiencia transformadora, y para eso tenemos una malla que está estructurada para eso, pero también para que puedan experimentar el desarrollo personal en el paso por esta especialización.
El programa de Especialización en Trastornos Temporomandibulares y Dolor Orofacial busca que profesionales de la odontología puedan adquirir bases sólidas para la toma de decisiones, basado en evidencia, pero con una fuerte experiencia clínica y atendiendo todas las necesidades del paciente.
