La Asertividad es una de las claves para lograr buenas relaciones humanas y una comunicación exitosa. Esto, pues se trata de la capacidad de comunicarse de manera respetuosa, positiva, oportuna y fluida. Cuando se es asertivo, se expresa una opinión y sentimiento, pero siempre considerando los derechos propios y de los otros, evitando cualquier tipo de descalificación o enfrentamiento con el interlocutor.
En el aula, en donde entran en juego las opiniones y sentimientos de todos, la Asertividad resulta un aspecto importantísimo para el proceso de aprendizaje colectivo.
La importancia de la Asertividad en la sala de clases
El profesor, al ser el mayor y el guía, tiene la gran responsabilidad de favorecer la comunicación entre personas y de transmitir valores importantes. Si valores como la Asertividad no son practicados y transmitidos de forma correcta, esto puede entorpecer la enseñanza.
En los colegios y universidades, no es raro observar ambientes de disconformidad entre estudiantes y sus profesores. Esto se debe, en muchos casos,la a falta de herramientas por parte de los educadores, para lidiar con los distintos conflictos que puedan darse, desencadenando discusiones y malos entendidos. Por esto, favorecer la comunicación y la transmisión de ideas implica necesariamente trabajar en la Asertividad.
¿Cómo puede el profesor ser asertivo en el aula?
La Comunicación Asertiva es una habilidad blanda que siempre se puede trabajar para desarrollar al máximo, contribuyendo, así, a un mejor ambiente en las aulas, lo que trae consigo un mejor rendimiento académico.
1- Aplicar la Escucha Activa
A veces se tiende a hablar más de lo que se escucha, pero, en un aula, todas las opiniones y puntos de vista deben ser consideradas. Por lo mismo, el primer paso es aplicar la Escucha Activa Para ello, se requieren ciertas claves:
- Manifestar interés por lo que expresa el interlocutor.
- Aplicar empatía.
- Reforzar con afirmaciones positivas («Por supuesto», “Ese es un punto interesante”, etc.).
- Hacer preguntas, como señal de estar involucrado en la conversación.
2- Mostrarse abierto al cambio
Esto implica estar dispuesto a escuchar ideas y opiniones diferentes, aunque estas no coincidan con las propias. Es importante que, por descabelladas que puedan parecer, se busque el origen de las ideas disidentes para comprender, empatizar y evitar imponer ideas propias.
3- Fomentar el respeto
Es necesario dejar claro que en la sala de clases todas las personas son respetadas y que sus opiniones tienen un espacio. La valoración de puntos de vista poco populares y el respeto de los turnos de habla son aspectos importantes.
4- Ser directo
A la hora de hablar, un aspecto importantísimo es entregar indicaciones claras, directas y precisas de lo que se quiere transmitir al resto. Así, se evita que los estudiantes tengan que lidiar con presiones o expectativas equivocadas.
5- Evitar criticas directas hacia la persona
En lugar de hacer afirmaciones genéricas sobre aspectos de una persona que no puede solucionar al corto plazo, siempre conviene referirse a acciones concretas que pueden corregirse o mejorarse. No es la calidad de la persona la que está siendo criticada, sino que se está aconsejando posibilidades específicas de mejoría.
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